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Blog de Rosario Pancorbo

lunes, 15 de junio de 2015

Carta de Vida...




Vida, no me queda nada, pero atesoré todo el valor sentimental que no puede comprarse.
Para el anhelo de tu alma te regalo éstas palabras:
-Compositor sin alas-
Cuando las auroras ya no veas, cuando mueras por ella y no la sientas…
Cuando su brisa no roce tu cara, cuando los suspiros perdidos no encuentres…
Abre los ojos y sucumbe al Reino de los Vientos.
Proclama la libertad efímera, la libertad eterna, suspira aromas pasados, sentidos.
Recuerda: tanto llena como mata... tanto pesa como flota; tanto arrastra como vuela,
¡Siéntela! pues ella es: ¡la Vida!
Respira su tiempo que se pasa, suspira por todo y por nada.
Recibe la muestra del tesoro que guardas, entrégala al recuerdo del tiempo.
Aplaca la fiebre sin resaca de largas y vacías madrugadas.
Concluye los versos de esa cristalina orquídea olvidada y de esa rosa del río sin notas…
Cumple cada año un suspiro más bordando pentagramas, dando sentido al silencio.
Dibuja con tus manos la figura de tu amada...
Ama el instante pasado, presente, el que  hila cada segundo del futuro que nunca llega, que nunca pasa.
Quizá así, y solo por un momento, seas inmortal en nuestros corazones pasajeros...
En nuestras pasajeras vidas.

P.D. Una vez dejé de medir mi vida y encontré un mundo... Esta composición es la responsable de aplicar nuevamente la licencia, esta vez: poética.

Texto: Rosario Pancorbo.